Como terapeuta craneosacral, soy experto en la observación y percepción del cuerpo y estoy en condiciones de ayudarle a percibir y escuchar su cuerpo, a entender lo que él le comunica.

Tomando conocimiento de lo que hay dentro de su cuerpo, puedo asesorarle en el trato adecuado con él. Sus síntomas le molestarán menos y, llegado el caso, desaparecerán por completo.

En particular, he tenido buenas experiencias con la terapia craneosacral en el tratamiento de enfermedades crónicas, tales como

• enfermedad de parkinson (EP),
• esclerosis múltiple (EM),
• dolores de espalda y de cabeza,
• alergias,
• síndrome de burnout y
• trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).

¿Padece de síntomas corporales, como dolor o malestar general? ¿Se siente sobrepasado por el estrés en la vida cotidiana?

Como terapeuta craneosacral, puedo ayudarle a manejar sus sintomas positivamente, brindándole herramientas para concentrarse, a pesar de sus molestias, en aquello que usted sabe hacer bien y en aquellas actividades que
le producen alegría.

Sé por propia experiencia que eso no es fácil. Pero si usted 
aspira a lograr un trato positivo con su propio cuerpo, disfrutará de una mejor calidad de vida.

La terapia craneosacral comienza con una breve entrevista donde usted me cuenta lo más importante de sus dolencias.

Luego, mis manos toman contacto físico con su cuerpo por primera vez, por lo general en la cabeza o en los pies. Juntos, percibimos lo que nos dice su cuerpo.

Mantenemos un intercambio constante sobre nuestras percepciones. Le ayudo a expandir sus percepciones corporales.

La relajación es un componente esencial de mi tratamiento craneosacral. Respire profundamente, ralentice su ritmo, flote como si estuviese sobre una nube.

Idealmente, un primer tratamiento craneosacral debe constar de cuatro a cinco sesiones. Tómese ese tiempo, para permitir que se produzcan cambios.

Luego, usted y yo evaluaremos el éxito del tratamiento, estableciendo si se requieren más sesiones.